¡Secuestrada por un ser de otro planeta!
Anoche mientras caminaba fui secuestrada por un extraterrestre, llovía y mi me puse el gorro del rompe vientos, transitaba por un callejón y en el momento en el que di el último paso para salir de ahí me impacto, lo único que sentía era desconcierto; obscuridad me toque los ojos y confirme que los tenia abiertos pero no veía nada; ¿Qué sucede?, ¿Me desmayé?, sentía entumido mi cuerpo, como envuelto en hule, tal vez paso solo un minuto de eso pero me sentía desesperada, cuando regreso mi visión la luz era tenue, como apenas para distinguir lo que era una fuerte sorpresa, un ser tan extraño; yo no sabía si era un animal o un ser de otro planeta; inmóvil solo sentía como que sudaba en frio; eso que tanto dicen del sudor frio es verdad, tenia tanto miedo, que sentía que me explotaría mi cabeza, ¡Que daño me hizo ver tantas películas!- el ser extraño me parecía una mezcla de tantas cosas; asociadas totalmente a las caricaturas japonesas y filmes de súper hombres americanos, su piel era de dos colores café obscuro y las extremidades verde militar, a diferencia de tanta propaganda de aliens, este tenía los ojos más pequeños y en la cabeza una especie de cuernos pero no salían totalmente, su boca apenas se dibujaba y hacia un ruido como ronroneo y graznido cada que omitía sonido; me daba la impresión de que hablaba para sí mismo mientras tenía entre sus manos mi cara que inspeccionaba cuidadosamente, me acostó en una mesa metálica y sentí que mi cuerpo recuperaba el calor normal, fue cuando mi miedo me hizo patalear, al darme cuenta que por más valiente no podía gritar, ni un ruidito pude soltar, este ser me detenía fuertemente con sus manos, era muy fuerte y en esa posición solo le había logrado ver la cara y los brazos, no pensé nada más; sabía que no era el lugar ni el momento, pero note unas lagrimas caer; ¡Si esto es un sueño estoy viviéndolo demasiado consciente!; porque si fuera sueño tan solo con patalear me despierto, la sensación de estar perdida era mi verdad, mientras tanto el ser me detuvo los pies con la otra mano; ya no quise luchar y comencé a notar que yo le parecía una cosa agradable, a pesar de su enorme fuerza mientras me tocaba; nunca me lastimo, se acerco para ver mis ojos y sentí su aroma indescriptible, se tomo su tiempo para matar su curiosidad, sentí un poco de pena, al sentir que me olfateo; ¡No me había bañado!; Y tampoco soy la cosa más hermosa de mi especie, yo no quería perder un detalle, lo veía con ganas de sellar su imagen en mi mente; ojala no me borre este momento; ¡Hasta los extraterrestres son egoístas!, sus manos pasaron por las mías suavemente y me toco dedo por dedo, le vi un gesto diferente, no puedo asegurar nada pero era como una sonrisa, después de inmediato se fue a mis pies; sus manos aunque ásperas despedían un liquido aceitoso; entonces experimente un placer extraño, mi cuerpo quedo relajado y a su disposición; ¡Alto! Mi mente se puso alerta, recordé; cuando niña una vez curioseaba una araña y fue tanta mi fascinación que la aplaste para ver de qué color era su sangre; ¡No, por favor no!, no me despedí de nadie en casa, de haber sabido que moriría hoy, le hubiera mentado la madre a mi vecino, ¡Uff!; El noto que respire más rápido y me toco el ombligo mientras me veía la cara, volví a calmarme; ¡Nadie me había mirado así!; No tenía nada de malo sentirme un ser divino, antes de morir, escuche ruido como de pelea, ese ruido venia de la única puerta que vi en ese lugar, de inmediato me toco con ambas manos con más fuerza, de repente con una sola me tapo la cara haciéndome cerrar los ojos y al abrirlos me encontraba en la salida del callejón donde fui interceptada.
Camine desconcertada lentamente, de repente me detuve; solo enfocada hacia la entrada de aquel callejón, la gente corría porque aun seguía lloviendo algunos pasaban cerca de mi aventándome, la lluvia cubrió mi totalidad pero ahora no quise escapar de ella, suspire y mire el cielo, deseaba hablar de esto; ¡Nadie me va creer!, no los culpo yo tampoco lo haría.
Me quedan tantas preguntas, nunca sabré si siento coraje o agradecimiento por los otros extraterrestres que llegaron para interrumpirlo; ¡Tal vez iba a comerme o tal vez no!, y el saberlo es un riesgo, que me niego a experimentar.